Ronda Romántica

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Ronda Romántica

¿Que es Ronda Romántica?

Fiesta de los viajeros, arrieros y bandoleros de la Serranía de Ronda.
Recreación de la época romántica, un encuentro con el más genuino pasado de esta tierra legendaria y sus señas de identidad.

Ronda es, sin duda alguna, una de las ciudades emblemáticas de los viajeros románticos. Pero ese deseo de llegar hasta esta tierra recóndita, encaramada en lo alto de una roca, caída del cielo y rodeada de una sierra inhóspita, se inicia ya desde los romanos, la cual junto a Acinipo ya eran renombradas. Tras la anexión de al-Ándalus a la cultura islámica, hasta Ronda llegan viajeros árabes que se sorprenden de su antigüedad, la feracidad de sus campos y su emplazamiento singular, como un nido de águila. Los reyes castellanos la anhelaron durante siglos y, tras la conquista por los Reyes Católicos, la nombraron tierra de Señorío del príncipe Juan, otorgándole el mismo fuero que ya tenía Sevilla y Toledo. Los conquistadores –la nobleza que acompañaba al rey Fernando en sus conquistas– y nuevos repobladores se repartieron casas, fincas, tierras y propiedades confiscadas a los rondeños musulmanes, que se rebelaron ante el incumplimiento de las capitulaciones y la obligación de convertirse al catolicismo. Ronda y su Serranía vivieron sucesivas revueltas, a lo largo de todo un siglo, que acabó con la expulsión definitiva de los moriscos. Muchos de los pueblos de su territorio son abandonados, y los que quedaron en pie fueron repoblados con gentes de diferentes lugares de España. La Serranía es a su vez dividida en Señoríos, pasando a propiedad de la nobleza más destacada del reino de Castilla, pero Ronda y parte de su territorio histórico se mantienen como tierra de realengo, dependiente directamente del rey castellano, que a su vez lo era también del recién conquistado Reino de Granada. Se erigen nuevos templos y conventos, las mezquitas se convierten en iglesias; pero hacer desaparecer la influencia de ochos siglos de cultura árabe es una tarea muy difícil de acometer, prácticamente imposible; costumbres, tradiciones, forma de pensar, de trabajar y vivir quedan impregnadas en la sociedad andaluza y rondeña.