Las diferencias entre el guía profesional y el monitor de club o benévolo

|

Las diferencias entre el guía profesional y el monitor de club o benévolo

En el panorama nacional conviven actualmente dos figuras bien diferenciadas. Por una parte los Monitores UIAA, benévolos o de club, formación que promueven internamente los clubes para sus asociados. Esta formación está amparada en el contexto internacional por la UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo). Los monitores de club siempre realizarán su labor sin ningún tipo de remuneración.

José María Nasarre: “Todos deberíamos salir a la montaña con un seguro responsabilidad civil”

Por otro lado están los Guías de Montaña Profesionales, Técnicos Deportivos, formación regulada por el Estado y promovida tanto por las federaciones como por otro tipo de entidades tanto públicas como privadas. Esta formación está amparada internacionalmente por la UIAGM y la UIMLA.

Entre los múltiples objetivos que tienen los clubes y federaciones está la promoción del deporte de montaña y para ello, con el actual sistema federativo, se precisa de la colaboración no profesional (benévola) de monitores e instructores, anteriormente llamados de federación o club y ahora denominados monitores benévolos UIAA, de club o federación. La UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo), como entidad internacional que aglutina a las diferentes federaciones nacionales de los diferentes países, se preocupa de este tema y lleva algunos años definiendo la formación mínima que deben tener estos monitores benévolos, así como tratando de enmarcar su colaboración dentro del marco de la promoción del deporte de montaña, sin pretender llegar al marco profesional.

Por otro lado el Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes y las federaciones, lleva más de dos décadas trabajando en la organización y desarrollo de las enseñanzas de los profesionales del deporte. Desde el año 1990, primera ley, hasta la última del 3 de mayo de 2006 se ha recorrido un largo y fructífero camino. Estas formaciones de técnicos deportivos mediante las que hoy se titula quien quiere ser técnico profesional de la montaña pretenden dar un sentido profesional a las anteriores formaciones deportivas federativas de Guías de Montaña e Instructores de Federación. Se trata de crear formaciones adaptadas, por un lado, a las plataformas internacionales de Guías de Montaña y otras figuras profesionales de los deportes de montaña y escalada; y, por otro, de insertar en la economía productiva formaciones que ya ejercían. En este caso son las organizaciones internacionales UIAGM (Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña) para los Guías de Alta Montaña y UIMLA (Unión Internacional de Asociaciones de Guías Acompañantes de Montaña) para los Guías de Media Montaña, las referencias en la creación de estas formaciones profesionales.

Atendiendo a diferentes variables realizamos un pequeño análisis pormenorizado de las principales diferencias que existen entre ambas titulaciones:

Formación

La mayor parte de la formación federativa está basada en los estándares marcados por la UIAA y la carga horaria es diferente de unas escuelas a otras. La formación oficial está basada en leyes estatales y el desarrollo a través de decretos, aunque existen diferentes desarrollos entre las autonomías, la carga horaria es muy superior a la federativa.

La formación oficial se imparte  tanto en centros públicos, institutos de enseñanza secundaría, como en centros privados y federaciones (ver cuadro).

La exigencia en las pruebas de acceso también es muy diferente, por ejemplo el estándar UIAA marca como nivel para acceder al curso de Instructor de Escalada en Roca superar una vía como primero de cordada de V grado. En cambio, en la formación oficial este nivel se eleva hasta el 7º grado.

Los técnicos deportivos tienen la exigencia de reciclarse periódicamente en sus conocimientos para seguir en posesión de sus credenciales internacionales. Esto no es obligatorio en el entorno de los clubes.

Nivel de competencia

Las competencias de los Monitores UIAA se centran única y exclusivamente en el trabajo benévolo, en el marco de un club o federación, y con el objetivo de la promoción del deporte de montaña a los deportistas afiliados a un club y nunca al público en general.

Las competencias que otorga la formación a los técnicos deportivos (Guías de Montaña) profesionales se dirige, a través de la economía productiva, trabajando como autónomos, en empresas de turismo activo o para instituciones y federaciones o clubes al colectivo de deportistas en general.

Profesionalidad

Los técnicos deportivos son profesionales, entendiendo por profesionalidad que el trabajo de técnico deportivo es su principal actividad y que la mayor parte de sus ingresos provienen del desarrollo de esta actividad.

Los monitores de club no son profesionales, siendo su fuente de ingresos principal ajena al entorno de la montaña y actuando de forma esporádica como formadores o monitores. Recordaremos en este apartado que, como monitores benévolos, siempre realizarán su labor sin ningún tipo de remuneración.

Tributación

A nivel tributario existen también grandes diferencias ya que los impuestos directos y las exigencias administrativas que soportan los guías profesionales son muy superiores a las que soportan los clubes. Esto repercute en el precio final del producto ofertado lo que resta competitividad a dichos profesionales con respeto a los monitores benévolos.

Todos conocemos la importante labor que realizan los clubes de montaña, tutelados por las diferentes federaciones, para el fomento de los deportes de montaña. Si bien es cierto que puedo elegir formarme como deportista en el seno de un club o federación, actualmente también existen otras vías formativas que deben contemplarse.

Desde la AEGM pensamos que los usuarios de estos servicios deben comprender y valorar estas dos diferentes vías formativas y sopesar cada uno de estos aspectos a la hora de formarse o de elegir una persona que guíe sus pasos en las actividades de montaña.