Las últimas precipitaciones en forma de nieve en el macizo de Sierra Nevada han aumentado de forma notable la posibilidad de que se produzcan aludes. Según la información facilitada, las últimas nevada han disparado la alerta de avalanchas.
La superficie antes de las últimas nevadas era de casi hielo, por lo que con la cantidad que esta cayendo y el viento que la esta acumulando en mayor proporción en las laderas a sotavento, habrá que extremar las precauciones al salir fuera de las pistas.
Según fuentes del Comité de Seguridad de la Federación Andaluza de Montañismo (FAM), el riesgo es alto en “cualquier punto” del macizo, por lo que se pide extremar la precaución. La nieve recién caída aún no se ha asentado y, aunque parezca que la superficie es firme, las placas que están debajo son muy inestables, lo que puede provocar una avalancha como la que en febrero de 2011 se llevó por delante la vida de un montañero en el Barranco de San Juan.
Los espesores de nieve llegan hasta los cuatro metros en las laderas a sotavento, informan desde la FAM, que apunta a la ladera noreste de los Peñones de San Francisco, la ladera noreste del Barranco de San Juan, la ladera fuera de pistas conocida como el ascensor, los Corrales del Veleta, los Tajos de la Virgen, el Paso de los Machos, la ladera este de acceso a la Laguna Caldera o refugio de la Caldera y el este del Mulhacén como las zonas más peligrosas por el riesgo de alud.
En cuanto a la estación de esquí, desde Cetursa se informa de que Sierra Nevada ha acumulado en la noche del martes al miércoles un metro de nieve nueva en casi todo el perímetro esquiable. Tras esas precipitaciones el espesor en pistas supera los tres metros en algunas zonas, la mayor acumulación en lo que va de temporada. Los departamentos de Pistas, Máquinas y Remontes trabajaron ayer a todo ritmo para abrir cuando antes todo el dominio esquiable posible. Ayer, la acumulación de nieve en las estaciones inferiores y superiores de los remontes obligó a retrasar una hora la apertura de la estación.
Es tal la cantidad de nieve, que buena parte de los paravientos de las zonas altas de la estación están completamente enterrados, así como los ventisqueros naturales de Sierra Nevada.