Júzcar el pueblo pitufo, frescura y naturaleza en el Alto Genal

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Júzcar el pueblo pitufo, frescura y naturaleza en el Alto Genal  podría ser perfectamente un refugio para aquellos que en la época estival quieren evitar las altas temperaturas que tan tópicas parecen del verano andaluz. Aunque muchos piensan todavía hoy que para eludir el calor es necesario viajar a otros puntos de país, basta con acercarse hasta pueblos como Júzcar para disfrutar de un verdadero microclima. Así ocurre especialmente en la zona más baja de su término municipal, en el entorno del Genal, que aún sigue siendo uno de los ríos más limpios y mejor conservados de toda la provincia de Málaga.

No se trata de un enclave habilitado para un turismo de masas. Más bien el perfil del visitante de esta zona privilegiada de la Serranía de Ronda es el del que busca la tranquilidad y la naturaleza que ofrece este auténtico vergel. De hecho, Júzcar es un pueblo con poco más de doscientos habitantes que tiene un núcleo urbano relativamente pequeño. Eso sí, merece la pena recorrer el entramado de casas blancas que se corresponden con la parte más antigua de la villa. Como edificio más significativo está la iglesia parroquial de Santa Catalina, que fue levantada originalmente en el siglo XVI, pero que evidencia las posteriores remodelaciones que ha sufrido a lo largo de su historia.
 
No obstante, quizás los más interesante de Júzcar se reparte a lo largo y ancho de sus más de treinta kilómeros cuadrados de término municipal, como es el caso del ya mencionado Genal, cuyas aguas bajan bravas en sus primeros metros de recorrido. En esta época del año los vecinos de la comarca saben muy bien que se pueden refrescar en una piscina natural, la poza situada junto al camping Virgen de Moclón, que llega a tener más de dos metros de profundidad. Allí esperan las cristalinas y refrescantes aguas de un río que presume, al menos en esta zona, de una nula contaminación. La mejor prueba de ello es la existencia de algunas familias de nutria en el entorno, tal y como aseguran los que mejor conocen esta zona del Alto Genal.
 
Los más aventureros optan por acompañar al río en su curso, si bien para ello es necesario llevar un calzado adecuado y contar con cierta experiencia en este tipo de itinerarios. Igualmente ocurre con los que quieren experimentar verdaderos subidones de adrenalina con la práctica del barranquismo en la Sima del Diablo, Al Andalus Activa tiene actividades casi a diario en este barranco.
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Esta parte del río no sólo disfruta de suaves temperaturas veraniegas, sino que conserva también uno de los vestigios más importantes de la historia de la siderurgia española, ya que allí se encuentra la antigua Real Fábrica de Hojalata de San Miguel, considerada como la primera factoría que elaboró acero en el país. Comenzó a funcionar en 1731 en este recóndito lugar de la Serranía de Ronda para aprovechar la abundante madera de sus bosques y la fuerza de las aguas del Genal. El enclave también era idóneo por encontrarse en un sitio discreto y poco conocido, ya que en aquella época la elaboración de hojalata era estratégica. De hecho, algunas crónicas históricas señalan que para poner en funcionamiento la fábrica fue necesario traer escondidos en barriles a dos ingenieros suizos desde Alemania, ya que éstos tenían prohibida su salida del país germano para evitar la competencia. La factoría, que conserva buena parte de su estructura, se encuentra actualmente en una propiedad privada, si bien se puede observar desde el camino que baja al río Genal.
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La fábrica, que podría haberse tomado como modelo de los Altos Hornos de Vizcaya, llegó a tener más de doscientos obreros. Anecdóticamente, se dice que allí se utilizaron a camellos para el transporte del material elaborado.
Desde el punto de vista ecológico, también sobresale en el término municipal de Júzcar el paraje de Los Riscos, que comparte con el pueblo vecino de Cartajima. Este enclave es una de las zonas kársticas más importantes de la provincia de Málaga y cuenta no sólo con atractivos geológicos sino también biológicos. De hecho, en la zona se avistan con facilidad algunas rapaces, como el águila perdicera, y algunas carroñeras, como el buitre leonado. Además, tanto en este karst como en otros enclaves de Júzcar se pueden encontrar en otoño numerosos tipos de setas comestibles, como el boletus, el níscalo o la ‘yema de huevo’. De hecho, el pueblo es famoso por acoger cada año las Jornadas Micológicas.
En Júzcar, como ocurre en otros pueblos del Valle del Genal, también abundan los castaños, que en esta época del año ofrecen el verdor de sus hojas y de la envoltura espinosa donde madura el fruto.