Virgen de las Nieves de Sierra Nevada
En Sierra Nevada, diversos textos relatan la historia del sacerdote Martín de Mérida, beneficiado del alpujarreño pueblo de Válor, que junto a su asistente Martín Soto, estando precisamente el día 5 de agosto de 1717 de travesía por Sierra Nevada camino hacia Granada y cuando coronaban el puerto de la Carihuela, también conocido como Collado del Veleta por su proximidad al Pico de este nombre (el segundo más alto de este macizo y tercero de la península Ibérica), estando a unos 3.200 metros de altitud se encontraron perdidos en medio de una tormenta de nieve que súbitamente les sorprendió.
Tras ponerse los dos a rezar fervorosamente como último remedio para el peligro que corrían, a ambos se les apareció la Virgen María con su Hijo en brazos, calmando los elementos e indicándoles el camino a seguir y salvándolos así de una muerte segura. A partir de entonces, a los tajos próximos a ese lugar se les conoce como Tajos de la Virgen.
Al pie de éstos, cerca de los Lagunillos de la Virgen, el clérigo alzó al año siguiente, agradecido, una ermita, que pronto acabó destruida por la climatología adversa. En el año 1724 se sustituyó esta primera ermita por otra, situada algo más abajo, en los Prados del Borreguil, también llamados de la Ermita, a unos 2.700 m, en las inmediaciones de donde actualmente se ubican las estaciones inferiores de los Telesillas Dílar y Laguna, de la Estación de Esquí; pero tampoco ésta resistió el ataque de los hielos, emplazándose en 1745 una tercera ermita a menor altitud (1.380 m, en el Picón del Savial) conocida como Ermita Vieja (la cual hoy, reconstruida, alberga un Aula de la Naturaleza del Parque Natural de Sierra Nevada) y posteriormente, como ésta quedaba todavía muy alejada de la localidad de Dílar, a cuyo término municipal pertenecen todos los lugares aludidos, en 1796 Mateo Benítez, beneficiado de esta población, ante el auge del fervor popular, encargó al maestro de obras Manuel Garnica la construcción del actual Santuario dedicado a esta advocación mariana situado a las afueras de dicha población, siendo Juan de Toro el artífice del camarín en 1855. Desde aquel milagroso suceso, la Virgen de las Nieves fue tenida por patrona de Sierra Nevada.
Virgen de las Nieves de Sierra Nevada